Aunque estaba muy débil, Arthas logró anticiparse a Illidan y llegó primero al Trono Congelado. Usando su espada, Frostmourne, Arthas destruyó la prisión de hielo del rey Lich y en consecuencia liberó la coraza y el casco encantados de Ner’zhul. Arthas se puso el casco de inimaginable poder sobre su cabeza y se convirtió en el nuevo rey Lich. Los espíritus de Ner’zhul y Arthas se fusionaron en un solo ser poderoso, justo como lo quería Ner’zhul. Illidan y sus tropas se vieron forzadas a salir de Outland, y Arthas se convirtió en una de las entidades más poderosas que el mundo había conocido.
Actualmente Arthas, el nuevo rey inmortal de los muertos, reside en Northrend; se rumorea que se dedicó a reconstruir la ciudadela de Icecrown. Su leal teniente, Kel’thuzad, comanda a los Azotes en Plaguelands. Sylvanas y sus rebeldes Olvidados poseen únicamente Tirisfal Glades, una pequeña porción del reino.
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